LA VIDA EN EL ZOOLÓGICO
Afortunados son aquellos que cuidan un
animal, pues afortunada será su alma en el cielo, solo de ellos depende la
conservación de la fauna y de muchas especies que se puedan encontrar en un
zoológico.
Esta es la historia de Juan y Patricia,
una pareja de esposos que trabajaban en el zoológico de Texas y se encontraban
felices por la llegada de su primer bebé, que aunque era la mayor alegría de su
vida, también representaba el mayor temor, pues no sabían cuál sería la
reacción de sus consentidos cuando llegara el nuevo miembro a la hermosa
familia que ya, desde hace varios años estaba conformada.
Se acercaba la fecha esperada, del
nacimiento de su pequeño, así que decidieron ir a ver la pareja animal del
zoológico más vieja, la leona y el león:
-
Ustedes
han sido buenos felinos, nos han entendido y amado desde el día que los
conocimos, ese día en el que llegaron extrañando su hábitat, sus padres, y
buscaron refugio en nuestros cuidados, hoy les queremos contar que así como
ustedes extrañaron los suyos, nosotros extrañamos los nuestros, somos una
familia y por lo tanto necesitamos a quien amar. Juan alardeo: ¡Estamos
embarazados!
El león y la leona callados no hicieron
el más mínimo comentario de lo escuchado, y se resguardaron en su guarida,
después de un largo silencio dijeron…
-
Ay!
Nuestros cuidadores por fin serán felices con su retoño, ojalá que no les
suceda como le pasó a tu prima la pantera… Recuerdas?
Claro que sí, mi prima la pantera, oriunda del amazonas
quedó en cinta después de tener un romance con el tigrillo, ellos se conocieron
en la selva y pasaron muchas aventuras juntos, pero el vago y atortolado macho
como todos los machos cobardes luego de que se entero que mi prima la Pantera
tendría un engendro suyo huyó, dejándola a ella con su panzota grande y pesada,
sin mayor reparo de pensar que podría estar mal con su partida! Ándale que mal
tigrillo, decía mi prima después de ser abandonada.
Cuando mi prima la pantera tuvo a su pequeño, que nació
grande y alentado fue capturada por los cazadores, quienes querían arrancarle
la piel para tejer sus próximos abrigos en invierno; pero vaya suerte, los
cazadores llevaron a Pantera y a su hijo a la finca donde yacían sus esposas y
ellas al ver tal milagro de la Naturaleza decidieron no hacerles daño y criar
este par de felinos como si fuesen mascotas suyas.
Las esposas de los cazadores eran hermanas, una de ellas
Antonia y la otra Mulata, gemelas pero distintas, encantadas por la naturaleza
y aborrecidas por sus familias por haber nacido de color, ambas se casaron con
cazadores porque creían que esta era la mejor manera de solucionar aquel
problema de fauna que por esos días aquejaba al mundo. Un día, Ramsés y Aron,
sus esposos, se fueron como de costumbre a la selva para cazar nuevas
criaturas, pero con la condición de sus esposas de que debían traer a los
animales vivos así que salieron en la búsqueda de nuevas especies. Entre tanto
y tanto iban hablando y decían:
-
Por
qué debemos hacer caso a nuestras esposas de llevar animales vivos? Ni porque
fuera por ellas que lo hacemos…
- Entonces se pusieron de acuerdo y decidieron que el
próximo animal que cazaran se lo iban a devorar ellos mismos en el término de
la distancia y nadie se enteraría de esto, y así fue… Encontraron un jabalí
quien corrió con una pésima suerte, pues ellos lo cazaron, lo masacraron y por
último se lo comieron, pero vaya mala fortuna la que tuvieron pues detrás de un
gran árbol una lora los estaba observando.
- Sin darse cuenta de esto, ellos siguieron con su festín y
al otro día partieron a casa, planeando que por el camino encontrarían una
bonita especie para llevarle a sus esposas, y así fue, ellos se encontraron con
la Lora, y la Lora se fue a casa con los cazadores.
-
- Al llegar donde sus esposas, le entregaron la Lora y
dijeron que estaban exhaustos por el día tan agotado, y al preguntar una de
ellas que habían hecho acaso, la Lora se soltó hablar! El par de cazadores no
sabían dónde meterse, estaban asustados, avergonzados, sabían que sus esposas
no los perdonarían y así fue….
-
- Mulata, llena de rabia y desesperación, cogió el mismo
machete con que ellos habían dado de muerte al Jabalí y los trozo uno por uno,
brazo por brazo, pierna por pierna para darles su lección, luego de eso
prepararon las brasas y echaron asar el par de traicioneros; Mulata y Antonia
se los comieron! Y todo por hacerles sentir que la naturaleza no es un juego, y
que ser cazador no les iba llevar a nada bueno.
-
- Por cierto! Estaban ricos los condenados dijo la Leona, y
el León le contesto… Y tu como lo sabes? Entonces la Leona dijo:
-
Porque
la Lora que vivía con la Pantera de mi prima me guardo un poco del festín, o
fue que olvidaste que gracias a ella comimos banquete hace ya más de un año?
FIN…

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